TENGO QUE

A veces tenemos que… Y lo vamos dejando… O no lo hacemos… Por dejadez, por pereza, por miedo.


La lección nos la dio Dieguete, mi primo. Hacía tiempo que no veíamos a un amigo, Vidal, y le comenté aquello del que le TENGO QUE LLAMAR… Él cogió el móvil y lo llamó, contándonos Vidal, el Perico pozorrubiero, como él, junto a Pedrito habían participado de la épica prueba ciclista que recorre durante más de 200 kilómetros los puertos de la sierra madrileña. Que mérito el de estos dos héroes pedaleando a lomos de sus caballos de metal…

El hecho de la llamada parece una tontería, pero enfatizo la idea de que LAS COSAS NO HAY QUE DECIRLAS, SINO HAY QUE HACERLAS.


Muchos hiperhablan y otros son tan hiperactivos y no paran de hiperactuar…

DEL DICHO AL HECHO HAY MUCHO TRECHO ¿Mejor callar? ¿Dejar de escribir? ¿Dejar de aconsejar?

El mejor discurso,
el mejor verso,
el mejor consejo…
¿Cuál es?

ESPACIO SAGRADO

Mi espacio, tu espacio, vuestro espacio es sagrado, necesario y vital.

Puede ser espacio, pero también puede ser el tiempo… Hay momentos que los necesitamos para esto, para aquello... A veces es necesario y placentero compartirlo, a veces estamos obligados a esto o aquello, pero siempre una parte del tiempo debe ser para nosotros. No por egoísmo, y si por salud, libertad o disfrute.


Mi habitación es mi espacio, la mesa donde hacemos la sobremesa ocupa el espacio de la familia… El bar de pueblo y del barrio, la tendera o el camarero son nuestro espacio y quien lo ocupa…

También lo puede ser un click que marca el paso hacia la modernidad, nos puede hacer comprar o satisfacer nuestro afán de comunicación… Aunque también podemos hablar con la naturaleza, y hacer que paisajes, árboles, montañas, llanuras o playas puedan llegar a formar parte de nosotros.

Incluso con la pareja el 50% es de los dos, y el 25% es de cada uno… Dos medias naranjas, polos opuestos que se atraen y que comparten el mismo campo magnético… ¿Qué espacio tiene el amor?... Esperar, le voy a preguntar a mi corazón: “TODO”, me contesta.

Pero hombre y mujer no somos sólo corazón y amor… Cada una de las partes de nuestro cuerpo y alma, cada una de nuestras pasiones, requieren su espacio…


Esta noche de reyes manda más mi pluma que mi corazón, y me pide que haga fluir la tinta y ocupar ese espacio para la que estaba destinada.

Cada grupo tiene su espacio; la religión sus catedrales, templos o mezquitas; el fútbol sus estadios; los artistas y sus seguidores el escenario, imaginación o corazón. También tenemos aquellos que no están en ningún grupo y tienen su propio espacio.

Nos guste o no, seamos masa o diferente, ante todo, una palabra: RESPETO… Respeta el espacio de otros, así como deseamos que respeten el nuestro.

Los aborígenes australianos tienen a la naturaleza como el lugar de origen de sus dioses y ancestros, esos son sus lugares sagrados… Cuando vas tú y amas ese lugar, ellos comparten ese espacio contigo.


Es bonito COMPARTIR tu espacio y hacer partícipe a otros de lo que eres, de tus orígenes, de tu vida. Aunque hay quien no se sienta atraído por ese espacio. Por supuesto nadie está OBLIGADO a nada… Hay muchos espacios y cada uno debemos elegir o nos debemos dejar llevar por esa atracción.

Cuando uno escribe lo hace desde su espacio y desde el de los demás. Creo que es mejor cuando uno enseña su espacio, dispensa más pasión. Aunque uno es realmente escritor cuando entra en otros muchos espacios y no tiene órbita. Puede elegir la perspectiva o penetrar en cualquier rincón..

NO SON TIEMPOS PARA LA LÍRICA

Estoy en una terraza y oigo a unos chavales decir en referencia a Trump, comentario que puede ser extensible a muchos mandatarios: “El obje...