Puede ser espacio, pero también puede
ser el tiempo… Hay momentos que los necesitamos para esto, para aquello... A
veces es necesario y placentero compartirlo, a veces estamos obligados a esto o
aquello, pero siempre una parte del tiempo debe ser para nosotros. No por
egoísmo, y si por salud, libertad o disfrute.
Mi habitación es mi espacio, la
mesa donde hacemos la sobremesa ocupa el espacio de la familia…
El bar de pueblo y del barrio, la tendera o el camarero son nuestro espacio y quien lo
ocupa…
También lo puede ser un click que
marca el paso hacia la modernidad, nos puede hacer comprar o satisfacer nuestro
afán de comunicación… Aunque también podemos hablar con la naturaleza, y hacer
que paisajes, árboles, montañas, llanuras o playas puedan llegar a formar parte
de nosotros.
Incluso con la pareja el 50% es
de los dos, y el 25% es de cada uno… Dos medias naranjas, polos opuestos que se
atraen y que comparten el mismo campo magnético… ¿Qué espacio tiene el amor?...
Esperar, le voy a preguntar a mi corazón: “TODO”, me contesta.
Pero hombre y mujer no somos sólo
corazón y amor… Cada una de las partes de nuestro cuerpo y alma, cada una de
nuestras pasiones, requieren su espacio…
Esta noche de reyes manda más mi
pluma que mi corazón, y me pide que haga fluir la tinta y ocupar ese espacio
para la que estaba destinada.
Cada grupo tiene su espacio; la
religión sus catedrales, templos o mezquitas; el fútbol sus estadios; los
artistas y sus seguidores el escenario, imaginación o corazón. También tenemos
aquellos que no están en ningún grupo y tienen su propio espacio.
Nos guste o no, seamos masa o
diferente, ante todo, una palabra: RESPETO… Respeta el espacio de otros, así
como deseamos que respeten el nuestro.
Los aborígenes australianos tienen
a la naturaleza como el lugar de origen de sus dioses y ancestros, esos son sus
lugares sagrados… Cuando vas tú y amas ese lugar, ellos comparten ese espacio
contigo.
Es bonito COMPARTIR tu espacio y
hacer partícipe a otros de lo que eres, de tus orígenes, de tu vida. Aunque hay
quien no se sienta atraído por ese espacio. Por supuesto nadie está OBLIGADO a nada… Hay muchos espacios y cada
uno debemos elegir o nos debemos dejar llevar por esa atracción.
Cuando uno escribe lo hace desde
su espacio y desde el de los demás. Creo que es mejor cuando uno enseña su
espacio, dispensa más pasión. Aunque uno es realmente escritor cuando entra en otros muchos espacios y no tiene órbita.
Puede elegir la perspectiva o penetrar en
cualquier rincón..