Tengo una amiga, a la cual la vida le cambió el día en que su marido sufrió un infarto, muriendo en los brazos de su hijo. No era consciente de aquello que pasó, pero pudo salir adelante ACEPTANDO LA REALIDAD.
Además de aceptar lo que hay y lo
que es, uno tiene que ser consciente de quien es, y ACEPTARSE UNO MISMO. No quien
ha sido, sino quién podrá ser, y con un espíritu de superación se podrán lograr
hitos o alcanzar metas en la vida que uno jamás hubiera soñado alcanzar.
La realidad es una y uno es uno.
La actitud a la hora de afrontar la vida es lo que marcará nuestro caminar.
Maribel nos hizo esta pregunta: “Cierra
los ojos y por un instante piensas que eres la persona que más quieres en tu
vida. Dime ¿Qué harías por ti?
Y me quedé pensando y sigo
pensando… ¿Es bueno PENSAR tanto?..... Hace tiempo hubiera contestado rápidamente cualquier locura,
idea o proyecto que se me hubiera pasado por la cabeza. Ahora esa
condicionalidad de aceptar la realidad, mis capacidades e incapacidades, me da
que pensar una respuesta que no encuentro o que subconscientemente mi mente rechaza esa pregunta, quizás por que sea el tiempo quien de la respuesta.
Es el pasar de una vida
incondicionada a otra condicionada por el mundo en que vivimos, que nos permite
sintonizar con muchas cosas que nos da y que podemos compartir, pero también
nos desubica en cuanto a modelos, exigencias o falta de valores con los que uno
ha crecido, disfrutado y madurado.
Sin valores somos la NADA,
sin la verdad somos NADIE.
¿Qué sería un verso sin palabras?
¿O un poeta viviendo una nueva normalidad?
La poesía es la guerra
contra el ACEPTAR
lo que quieren que sea uno
y en lo que quieren que se
convierta nuestra realidad.