¿CRITICADO? SIEMPRE

Hagas lo que hagas, siempre te van a criticar.

Algunos por la distinta percepción que tengan de las cosas, otros por joder y con muy mala leche…


Vive… Y no dejes de vivir… Parte de nuestra felicidad depende de que nos influyan lo menos posible esas aserciones hacia nosotros, esas críticas, ese que dirán.


¿Dar explicaciones? A veces son necesarias, otras veces sobran, no te van a comprender.

¿Hacer caso? Depende de quien venga la crítica, quizás se convierta en un buen consejo. Entonces hay que aceptarla, tomar nota y actuar en consecuencia.

La crítica puede ser buena y en este caso nos permitirá mejorar. Pero puede ser nefasta, y nos puede hasta matar. Habrá que ser selectivos con nuestros grupos, relaciones o personas de nuestro entorno. A veces buscar esa cercanía tan deseada y otras veces esa distancia tan necesaria.

Cuanto me joden esos que con el móvil no paran de decir a unos y a otros como vivir.

Se las dan de ejemplos, y os lo digo, esos ejemplos no los quiero ver ni en pintura, son simple palabrería y apariencia.



Ellos no hacen nada,

simplemente hablan.

 

Ellos no hacen nada,

les encanta criticar.

 

Se creen que como viven ellos

lo tienen que hacer los demás.

NO TIENES QUE HACER NADA, TRANQUILO

 Estaba muy atareado cuando Fermín, el jefe, pasa por mi puesto y me dice efusivamente.

-Qué reloj más bonito tienes…

No le hago caso, estaba en lo mío…

-Como ganamos el Atleti, somos los mejores…

En el ordenador veo que me ha entrado un correo suyo…

-¿Has visto mi correo?

-No, espera y lo abro…

Lo abro, y veo un listado de tareas adicionales a las que ya tenía…

-Vas de coña, si no puedo con lo que tengo.

-NO TIENES QUE HACER NADA, TU TRANQUILO.

Me convenció de que no había que hacer nada como tantas otras veces, y me quedé tranquilo.

-¡Ah! Mañana es día de Reyes. Si quieres un buen dinerillo vente y haces todas las transferencias a Andorra, Luxemburgo, Suiza, Islas Vírgenes…

Como todos los trabajadores somos tontos, vivimos y morimos por dinero, somos responsables y siempre queremos cumplir con nuestra obligación accedí a ese trabajo, y como buen rey mago deseaba inundar de dinero a los lugares más recónditos de nuestro planeta.

Era el 5 de Enero y el panadero de Sanlúcar se me apareció en sueños una vez más… Es una escena de la mili que me ha acompañado el resto de mis días.

Había un teniente en aquellos tiempos, hoy lo mismo será almirante. Muy chulo, que disfrutaba mucho de su autoridad y poder: el sí era la única respuesta, siempre cuadrados y a sus órdenes, despreciando y menospreciando a soldaditos marineros.

-Si mi teniente.

-Más alto que no te he oído…

-Sí, mi teniente.

-Cuádrate y saluda como es debido.

-Sí, mí teniente.

Cuando se iba, nos dábamos la vuelta los soldaditos marineros y le hacíamos un corte de manga acompañado de un ¡Qué te jodan!

Algún día catetos a babor hacíamos trabajos para oficiales, y amueblamos la casa del teniente Pintus y que maja su mujer, que buen trato y como cocinaba… Tan agradecida que incluso nos dio una buena propina…

Pero su marido, era diferente. Llegaron materiales de telecomunicaciones de última tecnología enviados por la NASA, con facturas de millones de dólares, y eso que estábamos en tiempos de la peseta ¿Qué tendrían estas placas?

Fuimos el panadero de Sanlúcar y yo para transportarlas al mejor de nuestros barcos…

El teniente Pintus, soberbio como siempre..

-Panadero, ten cuidado con ese material, VALE MÁS QUE TÚ.

Una vez que el oficial se retiró feliz por aquel envío de nuestros amigos los americanos, el panadero con rabia estampó esa placa contra el suelo haciéndola añicos.

-¿Has visto Cuenca? YA NO VALE MÁS QUE YO.

Me quedo con ese orgullo del soldado, del trabajador, de esos hombres y mujeres de a pie. De esas hormiguitas que pueden cambiar el mundo…

Galeano: “Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.

El caso que llegó el 6 de Enero, y al abrir el ordenador,  ya tenía el correo de Fermín de todo lo que tenía que hacer…

Cada hora me llamaba y le iba confirmando que todo iba bien. El día concluyó sin novedad en el frente.

El 7 de Enero me quedé en casa…

Y cuando Fermín llegó a su despacho se encontró con un sobre que ponía: REGALO DE REYES.

Lo abrió y ponía.

-ESTATE TRANQUILO, NO HE HECHO NADA, NOS VEMOS EN LA PUTA CALLE.

A mí me encanta la puta calle, y volví a ser feliz en mi hábitat natural. Volvía a mi sitio y con mi gente.

No sé como pero él consiguió permanecer en su despacho, seguro que TRANQUILO Y SIN HACER NADA… lo hicieron, lo hacen y lo harán otros por él…

NO SON TIEMPOS PARA LA LÍRICA

Estoy en una terraza y oigo a unos chavales decir en referencia a Trump, comentario que puede ser extensible a muchos mandatarios: “El obje...