Viktor Frankl: “Las circunstancias excepcionalmente adversas otorgan al hombre la oportunidad de crecer espiritualmente más allá de sí mismo”.
Estaba tomando unas cañas con mi amiga
Aurora, cuando le suena el móvil y lo coge.
-Disculpa es un mensaje que me
acaba de llegar de mi psicólogo. Mira lo que dice: “La vida no es como queremos”.
En aquellos momentos me vino a la memoria la cita de Jon Kalat Zinn y se la mencioné: “No puedes parar las olas, pero puedes aprender a surfear".
Había pasado por el trance de un
duro divorcio y me comentaba que ahora se conformaba con tener una vida normal
y hacer las cosas que siempre le habían gustado hacer.
Cada vez que le sonaba el móvil
de su ex sufría una crisis de ansiedad, pues no lo podía escuchar, no lo podía
ver… Y este quería volver con ella.
-A ver si lo arreglamos todo y lo
bloqueo, es superior a mis fuerzas.
-Ahora mismo no deseo nada de
nadie, simplemente que me dejen vivir.
-Tengo mi trabajo y a mi hija, no necesito más, no me hace falta ni que me toque la lotería ni conquistar a un príncipe azul, y que me vuelva a salir rana.
-Pido que me respete la salud a
mí y a los míos, disfrutar de lo que he carecido tanto tiempo al lado de este
HP, mentiroso, embaucador y manipulador… Y poder vivir a mi manera, y aunque la
vida no sea la que yo quiera, yo si se cómo vivir.
-Estaba aterrada, tenía un miedo terrible a la vida que tenía, incluso estaba más cerca de la muerte en vida, llegué a pensar hasta en el suicidio… Podía haber perdido mi vida para siempre, creo haber recuperado las ganas de vivir.
Ese es el lema de mi vida el preferir ser yo nunca antes que nadie siempre, y una vez que pase a ordenador las palabras de Aurora escribí, ahora pensando en mí:
por seguir caminando,
seguir escribiendo,
seguir bebiendo,
seguir viviendo,
seguir amando…
Y brinde conmigo acordándome
de mi amiga… ¡Salud amigos!¡Nos vemos!
