-Bien.
Es lo que se suele decir, aunque todos tengamos momentos buenos y malos, y a la respuesta a veces se podría cambiar por…
-Bien jodido.
Pero lo omitimos, porque no sirve
de nada decirlo y nos evita dar muchas explicaciones.
Si confiáramos en alguien este “bien
jodido” sería el principio de un psicoanálisis que nos descargaría de aquello que
nos pesa o nos aportaría soluciones a esos problemas que todos tenemos o
hemos tenido.
A veces lo que parece no es y se
suele decir:
-¡Qué bien que vive ese!
-¡Qué bien te veo!
Porque te ven con un coche, una buena casa, un buen trabajo o una buena mujer… ¡Ay ese prototipo de éxito del carro, la casa y la buena mujer!
Pero no todo en la vida es estar
rodeado de hombres o mujeres bellas y exitosas, tener un cochazo, un palacio o
ganar mucho, mucho y mucho; más, más y más..
A veces me ha ido bien, y todos
han pensado que me iba mal.
Otras veces he tenido tiempos jodidos, y todos pensaban que me iba muy bien.
-¡Qué bien te veo!
En una ocasión, era tan
repetitivo que decidí apartarme de la gente, del mundo y romper con todo.
Es cuando me volví a ver de
verdad bien.
-¿Qué tal estas?
Ya se tu respuesta.
-Tienes razón, te veo tan bien.