HAY COSAS QUE NO TIENEN PRECIO

En este mundo donde todo se compra y se vende, donde todo tiene un precio, hay cosas que no tienen precio… PIENSA… ¿Cuáles?

En este mundo donde todos nos compramos y vendemos, pues por el interés te quiero Andrés, hay personas cuyo valor es incalculable… CIERRA LOS OJOS y piensa en ellos… en ellas…


Pagamos mucho por lujos, viajes, inmuebles o mobiliario para la casa… pagamos por tantas y tantas cosas…Pero hay momentos que no cuestan nada y tienen un valor incalculable.. Vuelve a cerrar los ojos, repasa tu vida… ¿Qué momentos te vienen a la mente?

Soy madre, poeta, he vivido momentos de paz y momentos de guerra…

Soy vuestro hermano, alma solitaria, pero que conoce los extremos de la vida y está bien que mi pluma los comparta.


Cosas, momentos y personas de los que quería escapar, pero es la vida y a uno no le queda más remedio: o se adapta o se va.

Cosas. Momentos y personas que lo sumergen a uno a otra dimensión, o los buscas, o los encuentras, pero lo que nunca se puede es vivir sin ilusión….


Para mí las mejores cosas no tienen precio. He tenido en la vida la suerte de encontrar tantas y tantas cosas que no buscaba. Las malas me han machacado, pero me han hecho valorar lo auténtico, lo esencial, aquello a lo que no se puede poner precio y nunca se puede cuantificar …

Tangibles o intangibles, presentes o en la memoria, sueños por los que uno vive y que no se pueden transcribir. Son los tesoros de la vida que si no los ocultas te los roban…

UN CAFÉ, UN TERCER TIEMPO ¡QUÉ PLACER!

Un café con amigas o compañeros con los que se está a gusto; unas cervezas después del partido o del trabajo compartiendo tantas y tantas cosas; una sobremesa familiar donde la familia es familia… ¡QUÉ PLACER DIOS MIO!


La COMUNICACIÓN lo es todo allá donde estemos: es vivir mejor, trabajar mejor, CONFIAR, COMPARTIR… Si estamos en el café, comiendo o echando unas cañas y en vez de mirarnos miramos una pantalla abstrayéndonos de lo cercano es signo de agotamiento en una relación, egoísmo, evasión o que se pasa del otro…   

En mi vida, en los grupos donde he estado, quizás donde más se disfruta sea en el ANTES pues todo es ILUSIÓN, planes, proyectos… A veces, antes de empezar algo tememos que no sea lo nuestro, que va a salir mal o ¡Dios mío porque me has puesto aquí! Muchas veces hay que probar pues no sabremos lo que nos vamos encontrar, y si sale mal, pues a volverlo a intentar.


Festejar un final, el tercer tiempo; haya salido bien o mal, lo pasado pasado está y hay que celebrarlo. Hemos estado en el mismo barco y ya hemos llegado al destino. Celebrar que lo conseguimos, que lo intentamos, que ha sido un desastre pero ya está terminado. Que placer cuando se concluye, que satisfacción. O cuando se aprueba un examen nos creemos que ya no nos examinaremos de lo mismo, pero habrás otros inicios y otros finales, otras pruebas, otras competiciones, otros exámenes.

En la vida hay un antes, un ahora y un después. ¿En dónde estás? Me lo pienso bien y no lo sé, será que estoy perdido en el tiempo encontrando mi lugar… O mejor dicho, ya que lo he pensado mejor, asentado en aquel lugar donde disfrutar de un café contigo, de un tercer tiempo con mi equipo, de unas risas después de recitar, de la felicidad que compartimos con Mina el día de su cumpleaños… Si el antes y después de las cosas es tan bonito… ¿Por qué nos lo íbamos a perder?


NO SON TIEMPOS PARA LA LÍRICA

Estoy en una terraza y oigo a unos chavales decir en referencia a Trump, comentario que puede ser extensible a muchos mandatarios: “El obje...