Sigo con Mary en busca de nuestra destino, la calle 8M, cuando nos encontramos con Rómulo.
-Cuanto tiempo ¿Qué haces por
aquí?
-Es que ha fallecido el anciano
al que cuidaba y como le deje unos libros de Grisham me han llamado para que
venga a por ellos.
Rómulo solía venir a cuidar a este militar retirado, al cual le daba paseos en su silla de ruedas y le hacía mucha compañía, teniéndose mutuo aprecio…
-Era muy mujeriego. En los paseos
no hacía nada más que mirar a las chicas guapas, y que buen gusto tenía, íbamos
siempre donde me decía. Estaba harto de su mujer e hijas que sólo hacían que
controlarlo.
-Lo comprendo. Pasó de controlar
todo y a todos a estar bajo control.
-Sus hijas no visitaban a sus
padres nunca, pero por teléfono no paraban de mandar, y al señor general no le
gustaba… Se hacia el sordo y tonto cuando lo llamaban.
Tenía un grupo de Wasap de militares retirados y le mostraba a Rómulo todo lo que compartían en ese ataque a los emigrantes que iban a acabar con España, que si recibían muchas ayudas, o se les alojaba en hoteles y son los que provocan toda la delincuencia.
-Son así, pero el trato personal
era muy bueno. Hay quien nos crítica y no ven que quien cuidamos a los abuelos
y nietos de españoles muchas veces somos emigrantes… Quien trabaja en obras y
fábricas son emigrantes…
Acaban de pasar dos riders venezolanos y desde la bici van hablando y poniendo a caldo a Maduro. Y por el restaurante por el que pasamos camareros y cocineros también son emigrantes.
Yo fui emigrante en Londres y no
vi un currante oriundo de las islas británicas en la capital de Imperio.
-Lo que no conocía es que el
general dibujaba tan bien, mira que dibujos escondía entre sus libros.
Que chulada, los retratos de
mujeres con las que soñaba este hombre hecho para la guerra, pero también para
el amor.
En esos momentos recordé a una
visita que hice a un convento en Málaga donde había estampas de los votos que
hacían las monjitas antes de entrar a su clausura, las cuales con marcada pureza
dibujaban a santos o mártires idealizados en sus mentes. Esas niñas y su
subconsciente buscaban en Dios su amor, plasmándolo de forma cándida y dulce en
la expresión y figuras de aquellos caballeros, quedando inmortalizados en
aquellos grabados...
Recuerdo mis primeros poemas de
juventud donde idealizaba tantas y tantas cosas de la vida. Con el tiempo lo que
más idealizo es la pureza y virginidad del arte, pinturas, poemas, almas…
Tenía un amigo, Rafa, que era un
enamorado de las chicas de alterne, y todas las noches se gastaba lo habido y
por haber en esos placeres que pasaban por su cabeza y sólo los podía pagar con
dinero. Ahora que hablo de él, me acuerdo de una canción de La Frontera: “Ya lo
decía mi padre y su amigo el viejo Dan, si el whisky no te arruina las mujeres lo harán”.
Su imaginación le hizo idealizar
tanto a sus princesas, con esa euforia de la noche que contrastaba con esos
bajones y depresiones matutinas, que escribió un libro a cerca de ello. Es la
única persona que pasando las noches en los prostíbulos escribe sobre ello: “AMOR DE NOCHE”.
Perdió su trabajo, y al intentar
buscar otro, filtraban su nombre en internet, veían su libro, y nunca más lo
volvieron a contratar. Hay tantos libros y palabras de clausura que no se atreven a salir
por las futuras consecuencias o el qué dirán. Quizás los mejores escritos son
los que nunca se han publicado, quizás sea mejor no publicar por aquello de
descubrir las cartas durante la partida.
Ya de vuelta a nuestro trayecto
le comenté a Mary lo majo que es Rómulo, su amigo…
-Era tan feliz el anciano con él, pero querían abusar tanto pagándole menos y ajustando las horas, que apagaron la
única luz en la vida que tenía el general, con lo que su vida se finiquitó…
-¿Murió de COVID?
-No, murió de tristeza y soledad.
No tenía un por qué para vivir.