William W. Thackery: “El mundo es un espejo que refleja la imagen del observador”.
Cuantas connotaciones tiene ese
espejo al que nos miramos.
-Narcisismo o egocentrismo…
Espejito, espejito ¿Quién es más guapa que yo?
-Lo que somos.
-Lo que éramos.
-Lo que damos.
-Lo que recibimos.
-Lo que queremos ser.
-Hay espejos que engañan.
Guardo como un tesoro esas dos
frases de una amiga poetisa:
-Ni siquiera somos los mismos que
ayer. Pregúntale al espejo.
-Nunca vuelve el que se fue,
aunque regrese.
Don Quijote no fue el mismo después de leer tantos y tantos libros. Tampoco fue el mismo a raíz de su primer viaje. Y después de su segundo viaje perdió todo idealismo y locura y se resignó a morir.
No somos los mismos después de
pasar una experiencia vital o después de un viaje que nos marca la vida.
Nos miramos al espejo y para bien
o para mal algo se ha transformado en nuestro interior ¿El qué? ¿Por qué?
Cuando volvemos a un lugar nos damos cuenta lo que ha cambiado el lugar y sus gentes y nosotros.
Cuando volví a España de
Inglaterra en el 2007 dos cosas me llamaron la atención:
-Nadie corría ya con el coche,
antes en las autopistas iba a 120 Km/h y me pasaban todos, y ahora poquísimos…
Cuantas multas habrían caído para poder poner en vereda a tantos conductores
veloces.
-Y había mucho trabajo en España,
cogí el segundamano cuando llegué a Madrid y el primer día ya podía elegir
entre tres trabajos, me fui a vivir a Alcobendas y en su calle principal encontré
8 etts unas detrás de otras (agencias de trabajo)…
Al año siguiente, el 2008, vimos
en este país como todo había sido ficticio, una vez que explotó la burbuja. Habíamos vivido en una nube y volvimos a lo de siempre. No es el espejo, es el
retrovisor en el que una y mil veces se repite la misma historia en un país, en
el mundo. Y las repeticiones que nos quedan por ver. Todo en la vida suele ser cíclico.
Pero cuando vuelves tampoco eres
el mismo: has aprendido, has agrandado tu horizonte, has vivido una vida
diferente a la que estabas predestinado, has roto el espejo…
Para mí es el mayor placer de la
vida: ROMPER ESPEJOS.
Otro que habla de espejos es JOBS: si nos miramos y no somos felices, mejor cambiar… a mí hasta me ha dado miedo mirarme al espejo, no me he querido ver… CAMBIEMOS.
Tenemos que cambiar, es nuestro
SINO, no nos queda más remedio. A veces nos vemos en el espejo como reflejos de
otros… No me veo en el lugar de nadie, me quedo en mi lugar.
Eso de que somos reflejo de lo
que proyectamos, ya con cierta madurez, diría: “Qué no me tomen por tonto”.
Estoy harto de tantas palabrerías,
cuentos y proyecciones. Estoy harto de pantallas, hipocresía y esperpentos. La
televisión es un espejo de lo que somos, solo hay que ver lo que vemos para retratarnos. Al
igual que los políticos también son el
espejo de lo que somos, dicen lo que queremos oír.
No me gustan esos espejitos mágicos que nos adulan, pues si no ya los habríamos roto. Esos espejitos que no dan la imagen que queremos.
Espejito, espejito ¿Quién es más
guapo que yo? Tristemente el espejito si quiere seguir con nosotros nos tiene que dar la razón.