Puse en venta ese auto viejo de papá con el que salíamos a pasear.
Y cuál fue mi sorpresa, pues no
paraba de recibir llamadas.
Puse en el anuncio del coche como domicilio un pueblo de Toledo, por miedo a que fueran al mío y me lo robaran. Cuanta curiosidad por enterarse de todo en las gentes de los pueblos.
Me llamó medio pueblo preguntando
por mí, por mi familia y por el auto de papá…
-Es que he puesto Corral de
Almaguer por qué me gusta el nombre y todo el mundo lo conoce ya que Sara
Carbonero es de allí. Mi pueblo es muy pequeño y el nombre tan largo que no
llama la atención.
-¿Cuál es tu pueblo?
-Pozorrubio de Santiago ¿Quieres
venir a ver el coche?
-Ya te llamaré.
Otros son muy frikis de la
mecánica y como están aburridos no paraban de hablarme de coches, motores,
caballos, velocidades y hostias molocotudas.
-Tengo un amigo que es mecánico,
yo sólo tengo el carnet de conducir… ¿Te paso el número y él te explica todo
del coche?
-Sí, pásamelo, quisiera hablar
con él…
Los mecánicos de verdad no tienen
tiempo para batallitas, y después de dar una primera vez el número del mejor mecánico del
mundo, le pegaron tal chapa a mi amigo, que ya no volví a dar su número.
Muchos querían que les regalase
el auto de papá.
-No vale nada, mejor quítatelo del
medio.
A veces cuando se creen que lo
tuyo no vale nada, aunque no valga, te hieren.
-Por favor, al menos no insulte.
Tuve la suerte de que Almodóvar necesitaba un 131 para su última película urgentemente y me llamó:
-Soy Pedro Almodóvar ¿Cuánto
pides por el coche?
-Te lo regalo, para ti Pedro,
todo lo que quieras. Los dos somos manchegos y quijotescos.
Vino, y se llevó el coche, nos
tomamos un café donde Isi. Unas cañas y tapas donde Larry y disfrutamos mucho
ese día del mejor lugar del Mancha, el mío.
Después de un invierno malo llego
una dulce Primavera y volvió Almodóvar con aquel 131 rojo, más rojo y más
brillante que un Ferrari de fórmula uno.
-Vengo a devolverte tu coche.
-Te lo regalé ¿En qué peli lo has
sacado?
-Es algo secreto, no te puedo
contar nada, aquí tienes tu coche.
-Como amo ese auto de papá, ese
131, ese rojo pasión…
Conforme me lo han devuelto: ruedas nuevas, pintado con un color vanguardista y siendo el coche de la peli de mi paisano, no sé si venderlo o quedármelo para siempre…
-Lo confieso, no me gustan los
coches ¿Os interesa? ¿Cuánto me dais?
¡Ay ese 131! Es el coche de papa con el que íbamos la familia, también el coche para ir a la universidad o salir por esas noches de fiestas de los pueblos... Muchas historias hemos vivido... Algún día lo resucitaremos...
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