El trabajo me ha aportado mucho, he conocido gente increíble: buena y mala; he aprendido y he padecido…
Eso sí, parafraseando el cartel a la entrada de Auschwitz “ARBEIT MATCH FREI”, el trabajo no me ha hecho libre.
Una amiga, madre y muy buena
profesional, me comentaba como el tener su carrera profesional no le hacía
depender del hombre o su esposo, y eso que los dos son maquinones en sus
respectivos trabajos.
A las mujeres es verdad que el
trabajo les ha supuesto no depender del hombre y ser más libres… ¿Cuál es en
ocasiones el precio de la libertad?
El trabajo y hacer algo que te guste y estés realizado es una prioridad y en multitud de casos una utopía.
La esclavitud ha existido, existe y existirá… Y la vida de parte de la humanidad será mera supervivencia… A pesar de los pesares uno se ve como un privilegiado al poder vivir y tener esos momentos suyos o nuestros.