El trabajo me ha aportado mucho, he conocido gente increíble: buena y mala; he aprendido y he padecido…
Eso sí, parafraseando el cartel a la entrada de Auschwitz “ARBEIT MATCH FREI”, el trabajo no me ha hecho libre.
Una amiga, madre y muy buena
profesional, me comentaba como el tener su carrera profesional no le hacía
depender del hombre o su esposo, y eso que los dos son maquinones en sus
respectivos trabajos.
A las mujeres es verdad que el
trabajo les ha supuesto no depender del hombre y ser más libres… ¿Cuál es en
ocasiones el precio de la libertad?
El trabajo y hacer algo que te guste y estés realizado es una prioridad y en multitud de casos una utopía.
La esclavitud ha existido, existe y existirá… Y la vida de parte de la humanidad será mera supervivencia… A pesar de los pesares uno se ve como un privilegiado al poder vivir y tener esos momentos suyos o nuestros.
Lafargue: "Solo cuando el proletariado se desenamore y diga “yo no quiero”, se esfumarán todas las miserias capitalistas".
ResponderEliminarPaul Lafargue, El derecho a la pereza: "El gran problema de la producción capitalista ya no es encontrar productores y duplicar sus fuerzas, sino descubrir consumidores, excitar sus apetitos y crearles necesidades artificiales".
ResponderEliminarPaul Lafargue, El derecho a la pereza: "A medida que la máquina se perfecciona y quita el trabajo al hombre con una rapidez y precisión constantemente crecientes, el obrero, en vez de prolongar su descanso en la misma proporción, redobla su actividad, como si quisiera rivalizar con la máquina ¡Qué competencia absurda y mortal!".
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