Cuanto me identifico con Pepe Mújica cuando comentaba que tuvo una crisis existencial y tuvo que volver a su casa de campo, pues necesitaba hablar consigo mismo…
¿Hablar uno consigo mismo? ¿Cómo lo conseguís? En mi caso
ese hablar con la naturaleza o escribiendo…
Esto me hace volver a funcionar o
recobrar esa paz que necesitas, esa tranquilidad, ese sosiego…
Que placer el explicar al papel aquellas cosas que nadie podría comprender, y hacerme más ligero, ya sin tanto peso, que ha pasado a ser tinta…
Y que gusto el ver ese volver de las golondrinas, sonreírlas y guiñarles el ojo, o que me vea esa gata
callejera y se tire desde el tejado para seguirme, o la serenidad que me dan
esos gorriones brincando y piando, o ese sol que me mira y me ilumina…
Naturaleza y animales me humanizan, me hacen más humano.
¡Ay ese horizonte infinito de mi
tierra, La Mancha! Allí surcaron y surcaron sus vidas mis ancestros.
O esa luna inspiradora de tantos y tantos Quijotes.
El escribir es mi catarsis a
cualquier terremoto de mi cabeza o corazón… Tiembla el papel y tiemblo yo.
El papel me encuentra, y me
encuentro yo…
El boli me mira, le guiño el ojo,
compañero del alma compañero, que gran apoyo.
La tinta habla por mí, y yo hablo
con la tinta, le susurro, le cuento mis secretos…
Y vuelvo a ser yo, me vuelvo a reconocer ¡Bendita escritura!
He cambiado mucho, pero mantengo
mi esencia. Pasan los años y cuando vuelvo a leer lo que he escrito años y años
atrás, me digo: “Cuanto tiempo ha pasado y sigo pensando lo mismo, sigo siendo el mismo”.
Podría haberme convertido en nadie, pero nunca puedo dejar de ser yo, a pesar de los pesares y las pruebas a las que nos somete la vida.
¿Lo seguiré siendo? Espero que sí,
aunque tengo mucho temor, la vida y las circunstancias nos transforman tanto,
nos matan y resucitamos.
Esa resurrección que nos hace
volar, y volamos y volamos… Para alejarnos de los Dioses, de los humanos. En
busca de ese cielo, espejo de uno mismo al quien puedes hablar y te puede
entender.
Ese cielo es mi amigo, mi sitio…
Es aquel sitio, con aquella gente, donde siempre seré yo.