¿QUIÉN ES CULTO?

Después de un tiempo sin cultura en la mente, pero siempre adherida al subconsciente de uno, me surge la pregunta: ¿Quién es culto?

¿Quién lee? ¿O quién no lee?
¿Quién sabe mucho de arte “clásico”? ¿O quién está en la calle todo el día?
¿Quién memoriza lugares, comidas, personajes o hechos? ¿O quién continuamente olvida todo nombre propio?
¿Quién viaja?¿O quien quieto observa el horizonte?
¿Quién escribe poemas?¿O quién construye un puente?


A partir de estos interrogantes definiré ciertos aspectos que definen comportamientos del hombre insertado dentro de una cultura. 

A) Premio/Castigo. En dirección a Barcelona me topé con un par de militares, de los cuales uno comentaba que después de un año en Bosnia había conseguido el dinero suficiente para comprar el coche deseado y el otro paralelamente decía que le habían dado una semana de permiso por lo bien cocinaba para su capitán, disfrutando explicando lo deliciosos que estaban los bollos que hacía. Tuve una discusión totalmente inútil, ya que su vida discurría en función de los premios recibidos, no comprendían otra cosa. Tengo que ser autocrítico, y he de decir que en parte gran parte de lo que se hace en la vida se fundamenta en obtener algún premio, de un tipo u otro.

En parte esta idea no es cierta, ya que, no se porque, el hombre tiene un sexto sentido, fundamentado en la intuición y en el instinto, que es lo que marca la dirección que va a tomar cada individuo en la vida. En este sentido recuerdo una frase de Jhon Lennon  que decía: “la vida es aquelloque te va sucediendo mientras tú te empeñas en hacer otros planes”. Una vez marcada la dirección, los premios nos hacen avanzar en el sentido elegido o que nos ha venido impuesto.


En cierto modo en nuestra vida parecemos gladiadores. ¿Recordáis la película de Espartaco? Para sobrevivir y mantenernos intactos tenemos que pelear con nuestros compañeros para que nos siga alimentando, agasajando y aplaudiendo algún procurador en nombre del Cesar. Somos más fieles a nuestro Cesar que a nosotros mismos.

Nos gusta tanto recibir cualquier premio, que vendemos hasta nuestro alma a fin de conseguir este objetivo, y tenemos tanto miedo a cualquier castigo que terminamos maniatados e inmóviles observando desde la distancia a “mártires”  y “triunfadores”.

B) Profundidades. De vuelta a Madrid procedente de Barcelona, en el autobús me tropecé con “alguien” que estaba leyendo un libro de Herman Hesse, Sidharta (os lo recomiendo, habla de un personaje que prueba muchas cosas en su vida y siempre es el mejor en lo que hace, es un triunfador pero no es feliz, al final encuentra la felicidad en una vida sencilla). El caso es que en una pura empatía empezamos a hablar de Hermann Hesse y sus libros., mejor dicho, de las profundidades del hombre en las que este autor se sumerge como nadie.


El hombre es un animal terrestre, amarrado a la tierra, pero su evolución o desarrollo le pueden hacer volar para ver la tierra desde el cielo, se puede atrever a nadar y navegar sin saber lo que le espera si va contra las olas o volver a tierra si se va a favor de ellas, y por último el hombre puede descubrir lo que no se ve, lo que está oculto debajo de la tierra o sumergido en las profundidades marinas.

En nuestras profundidades se pueden descubrir tesoros, nos podemos perder y volvernos a encontrar; nuestras propias profundidades nos puede rechazar o afianzar, nos puede justificar pero también martirizar.......

Esta cuestión la planteaba de esta manera Hermann Hesse: “Para el hombre despierto no había más que un deber: buscarse a sí mismo, afirmarse en si mismo y tantear, hacia delante siempre, su propio camino, sin cuidarse del fin al que pueda conducirle. Toda otra cosa era quedarse a mitad del camino, era retroceder a refugiarse en el ideal de la colectividad, era adaptación y miedo a la propia individualidad interior”.....¿ No puede haber otras opciones? Descubramoslas...



Lo que si es seguro es que nos iremos a la tumba con pensamientos, ideas, tentaciones, actos consumados, concepciones, sentimientos, choques, atracciones. Tantos tesoros ocultos que no habrán salido a la superficie que de manera eterna permanecen en las profundidades de los océanos. ¿No creéis que deberíamos mostrar nuestros tesoros?

¿Qué prefieres?
¿ Estar junto a personas con grandes profundidades? ¿ Ó acompañado de personas plantadas en la superficie?
¿ Hacer expediciones a las profundidades de mundos lejanos( o cercanos)? ¿ o seguir visitando palacios e iglesias del mismo estilo?
Las profundidades del otro ¿La percibes? ¿ O están ocultas?¿ Qué interés o placer te produce descubrirlas?
¿ Que se busca? ¿ Lo oculto? ¿Llegar donde nadie llega? ¿ O recoger la cosecha, fruto de un exhaustivo cultivo?


Como continué, seguro que se provocará algún terremoto, maremoto o desprendimiento......Vuelvo a casa, que no quiero ni volar, ni alturas, ni profundidades.....sólo quiero cenar, charlar con mis compis al son de unas cervezas viendo un buen partido de fútbol y DESCANSAR... Si, con que gusto pillaré la cama.....

5 comentarios:

  1. María Zambrano: "La cultura es el despertar del hombre"

    ResponderEliminar
  2. "Los libros, las mentes y los paraguas solo sirven si se abren".

    ResponderEliminar
  3. Eduardo Galeano: “Culto no es aquel que lee más libros. Culto es aquel que es capaz de escuchar al otro”.

    ResponderEliminar
  4. Bronislaw Malinowski: "Cuando alguien se ve arrancado –voluntaria o involuntariamente- de su cultura, paga por ello un precio muy alto".

    ResponderEliminar
  5. Miguel de Unamuno: "La libertad no es un estado sino un proceso; sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe. Sólo la cultura da libertad. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamientos. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura".

    ResponderEliminar

NO SON TIEMPOS PARA LA LÍRICA

Estoy en una terraza y oigo a unos chavales decir en referencia a Trump, comentario que puede ser extensible a muchos mandatarios: “El obje...