ANÓNIMO

¿Qué preferís?¿Pasar desapercibidos o ser observados?¿Vivir para vosotros o mostrar al resto vuestra vida?

Yo soy un ser anónimo y presumo de ello…

Tuve un trabajo en el que me estuvieron grabando a lo largo de un día. Que mal me sentía: cohibido, sin libertad, como en una cárcel preso de la cámara.

Cuando concluimos de trabajar, mientras el resto de compañeros se iban de pescaitos y vinos al Puerto de Santamaría, yo me fui directo a la playa, y aunque llovía, necesitaba incrustarme en el mar para volver a ser yo, sin nadie a la vista….

QUE POCO ME GUSTA SER OBSERVADO O GRABADO… No valdría para actor, me sentiría incómodo, y no es por vergüenza, es algo innato… Y hoy en día políticos, profesores, periodistas, abogados… Lo más importante es ser buenos actores y salir bien en la cámara…

Alguien me diría: “recitas poesías en público, y no te cortas”… Eso es distinto, me subo al escenario, estoy en mi mundo y no me siento observado, dejo de ser yo para convertirme en un poeta en pleno parto, dando a luz a mi hijo: el poema. Algo sagrado.

En la ciudad, tengas o no tengas, seas o no seas, eres anónimo, somos tantos los que estamos, que somos como hormigas en pos del hormiguero.

En cambio, en el pueblo muchos regresan, pues aquí son alguien, protagonistas del presente y del pasado…

La ciudad y sus anónimos, el pueblo y sus personajes… Aunque dentro de la ciudad cada empresa es como un pueblo, y cada grupo es una aldea. Cada uno necesitamos ese protagonismo, cada uno a nuestra manera.

Yo escribo, otros hablan, unos actúan, otras cantan, ellos mandan… Hay quien manda mucho en todos los sitios menos en su casa…

La vida es un teatro, las imágenes tantas veces son hipocresía, las palabras tantas veces se suelen repetir… ¿Es anónima la poesía?... No la escribe nadie, emana de la inspiración que uno tuvo tal día, en tal momento... No sabes cuándo puede nacer un verso...