¿Lo último sabe mejor? El momento
que más saboreamos, cuando más disfrutamos, cuando más exprimimos o
aprovechamos el tiempo, somos más selectivos y elegimos realmente lo que queremos.
Si os dieran un día de vida ¿Qué
haríais? ¿Con quién estaríais? ¿Por qué no todos los días los vivimos como si
fuera a ser el último? ¿Y por qué no con la ilusiones como si empezáramos de nuevo?
Tengo un amigo gallego que tenía
tantos problemas que prefirió no vivir e hizo un plan para marcharse.
Su padre era pescador y acababa
de fallecer. Tomó su barca y se incrustó mar adentro con un oleaje tremendo.
Llevaba una navaja marinera con
que cortarse las venas y hacer correr su sangre allí donde esta había brotado, sobre el mar de sus ancestros… Ese Cantábrico tan bravo, sumergiría en sus entrañas a
marinero y barca.
Luisiño, se tumbó en la barca
respirando hondo, escuchando el rugir de la mar, cerrando los ojos e
imaginando… Estaba tan agotado, ya no podía más, y se quedó durmiendo.
Cuando despertó se encontró con
una mar calmada, y la corriente le había llevado a la orilla en un hermoso
atardecer junto a unas rocas en las que había pasado tantas veces junto a su padre.
Os paso parte de esa carta que me
escribió, la última que he recibido en papel, la tendré para siempre guardada:
“Después de pasar por esas rocas,
por esa mar tan calmada, sabiendo que ese alma sigue viviendo… No cambiaría mi
barca, la de mi padre por un yate o por un transatlántico… Ni mi mar, el
Cantábrico, por el Caribe ni por la inmensidad del Atlántico; ni esas rocas por
cualquier isla paradisíaca.
Ni la soledad del mar, ni la
complicidad de las rocas por el hombre, y menos por la muchedumbre.
Un hombre muerto en vida tocado por las manos de Poseidón despertó, resucitó. Lo último fue lo primero, pescador fue mi
padre, navegante fui yo. La línea que no cruzó mi padre, la cruzaré yo…
Siento el guiño desde el cielo de
mi abuela, madre de mi padre, cuanto sabía, cuanto me quería. Sus palabras las
sigo escuchando, hoy más que nunca. Ella no sabía cuál era mi destino, pero
sabía quién era yo. Yo nunca sabré quien soy, pero imagino mi destino”.
Luisiño pudo descansar y
recuperar las ganas de vivir. Concibe este momento como el mejor de su vida, el cual le permitió seguir navegando por el mar, por la vida.
Quería morir en paz y volvió al
puerto para vivir en guerra, aun sabiendo donde refugiarse o escapar si fuera
necesario.
Era su último momento y este se
ha hecho eterno, aún sigue escuchando las olas, aún sigue navegando. El mar no
se lo quiso tragar, gracias a ella, hoy este marinero está a salvo.
A. Sachs: "La muerte es más universal que la vida; todo el mundo muere, pero no todo el mundo vive".
ResponderEliminarFrancesc Miralles: "Por modesta que sea esta ilusión, tener una tarea significativa en la vida puede ejercer como un salvavidas de nuestro propio naufragio".
ResponderEliminarEugenio Trías: "En esta vida hay que morir varias veces para después renacer. Y las crisis, aunque atemorizan, nos sirven para cancelar una época e inaugurar otra".
ResponderEliminarE.M. Cioran: "Escribir sobre el suicidio es vencer el suicidio".
ResponderEliminarToni Montesinos, Melancolía y suicidios literarios: "Según los estudios suicidiológicos, los escritores son de diez a veinte veces más propensos que otras personas a sufrir enfermedades maniacodepresivas o depresivas, lo que les puede conducir a menudo al suicidio. El asunto se vuelve más perentorio si el escribiente cultiva la poesía, género que deja aflorar como ningún otro las complejas impresiones que pueden provocar la tristeza, la soledad o el dolor intensos."
ResponderEliminarJ. D. Salinger: "¿Quién necesita flores cuando ya se ha muerto?"
ResponderEliminarKathryn Mannix, Las palabras importan: "La mayoría de la gente que tiene pensamientos suicidas no desea morir, sino que quiere vivir, pero con una mayor calidad de vida o con algunas dificultades concretas ya resueltas".
ResponderEliminarEpicuro: "Llegará un momento en que creas que todo ha terminado. Ese será el principio".
ResponderEliminarJ. D. Salinger: "No importa lo difícil que sea la vida, siempre hay algo por lo que vale la pena luchar".
ResponderEliminarScott Fitzgerald: "Entonces estuve borracho durante muchos años y después me morí".
ResponderEliminarSylvia Plath: "No quiero morir. Hay tantas cosas que quiero hacer".
ResponderEliminarHenri Roorda: "El problema no es amar la vida, sino amarla demasiado".
ResponderEliminarAbbie Hoffman: "Hoy es el primer día del resto de tu vida".
ResponderEliminarNietzsche: "Aquel que tiene un porqué para vivir se puede enfrentar a todos los comos".
ResponderEliminarCarlos Boyero, no sé si me explico: "Hay que ser muy bestia para afirmar que quien no quiera vivir más, se suicide y ya está, que es muy fácil. Qué coño va a ser fácil, se necesita no solo mucha desesperación, sino también mucho coraje. Y habilidad".
ResponderEliminarCarlos Boyero, no sé si me explico: "No tengo miedo a la muerte, pero si al sufrimiento".
ResponderEliminar