Tengo un amigo muy salao e irónico, el TITI, que después de gastarme una broma y picar yo de manera inocente, me comentó: “Parece que llevas la L puesta…”
Me resultó gracioso, pues en
verdad, hay quien parecemos llevar esa L puesta de por vida, quizás también hay
quien pequen de buenos, inocentes o confiados.
También hay quien se hace el tonto, a veces incluso mejor que oír estupideces o comerse marrones.
Un sensacional cantaor, el Marbi,
durante el servicio militar lo nombraron el rey de las basuras, él se
encargaría de ellas, tendría que recogerlas todas la noches y poner las bolsas
negras en todos los cubos.
Como buen gitano entendió su
cometido a su manera y cuando nos levantamos estaba todo el cuartel con todos
los cubos metidos en su bolsa correspondiente. Hasta el almirante cuando
amaneció se dio cuenta de aquella ocurrencia del Marbi.
A partir de ese día ya no le
mandarían a hacer nada, incluso ya nadie lo quería en su departamento.
-Cuenca me han dicho que me
lleves contigo a por material a San Fernando y que te ayude a
cargar y descargar… ¿Te canto?
Ibamos en mi paquetera (furgoneta), y el Marbi cantando y taconeando como si estuviera en un tablao ¡Qué viajes aquellos! Por la bahía de Cádiz con aquel Camarón de nuestra Marina que cantaba y cantaba como lo había hecho nuestro Antonio Molina en la mina o en la cocina. En tiempos de Paquito todos éramos felices cantando mientras trabajábamos… “Soy minero”…”Cocinero, cocinero”… “Margarita se llama mi amor”…
Los gitanos o gaditanos aunque se
les quieran tratar por tontos no lo son, y el Marbi me convenció para que para ir a
comer y cenar en mi paquetera, en el camino podrían ir cantando y fumando porros, eso sí, cuanto
más fumaban más cantaban.
Yo después de comer, como en el ejército
no hay nada que hacer, no paraba de darles vueltas por la base a esos Cantores
de Híspalis…
-“Cuando paréis de cantar,
volvemos al cuartel”.
Ni paraban de cantar, ni de fumar, bautizando a mi paquetera como Jamaica por aquello de que es allí donde más se fuma marihuana.
En uno de los cantes jondos me
emocioné, paré el vehículo y me puse a llorar, pensando en aquel arte, pero
también en el futuro que les esperaba a esos gran cantaores.
El 3000 me hizo de los suyos,
echándome el mejor piropo que un gitano te puede echar:
-“Cuenca, paeces gitano”
Y lloré aún más, sintiéndome
gitano a medida que el cante jondo se hacía más hondo.
Como otros días, había un desembarco de un gran portaviones americano, y salían los marines de sus naves voceando llenos de adrenalina guerrera:
-“Cuenca, los americanos ladran y
lo marineros españoles cantamos”.
Y que verdad la que decía el
Mortiña de las Nieves, mientras los americanos desembarcaban, la marina
española cantaba el mejor flamenco que se puede cantar, acompañado por ese taconeo todo arte pero poco militar, bajo esa nube densa de humo provocada por una
maría inspiradora.
Al volver al cuartel les decía a mis chavales: “Con lo que hemos tardado y el humo que hay nos van a empurar, mañana nos vemos todos en La Carraca (cárcel militar)… “
Empezaban a echar todos colonias
y perfumes para que oliera a harén aquella furgoneta.
El sargento Don Luís muy cabreado
nos gritaba:
-“Habéis tardado mucho en comer
¿Qué os ha pasado?”
Con tanto porro levitando en las venas salían mil historias o mil excusas para explicar el retraso.
Se torcía el bigote de ese gran
sargento, que después de oír aquello, se metía en su cuarto de guardia,
y no paraba de reírse de sus soldados… Como nos solía decir:
-“Vaya elementos”.
En este país todos parecemos tontos, nos hacemos los tontos, pero somos muy listos o nos pasamos de listos.
Eso sí, gracia y arte tenemos a
raudales, toreando a la vida como nadie.
Sigmund Freud: "Existen dos maneras de ser feliz en esta vida, una es hacerse el idiota y la otra serlo"
ResponderEliminarWoody Allen: "La ventaja de ser inteligente es que se puede fingir ser imbécil, mientras que al revés es imposible.
ResponderEliminarAldous Huxley: "La experiencia no es lo que te ocurre, es lo que haces con lo que te ocurre".
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