ATARAXIA: “Estado de ánimo que se caracteriza por la tranquilidad y la total ausencia de deseos y temores”.
Mi amigo Diego me comentaba que
él perseguía la ataraxia, pero en la vida estos momentos de paz absoluta son
temporales y hay que disfrutarlos en el momento en los que se presenten.
Hay gente junto a los que llegamos a conquistar esa ataraxia, serían nuestros elegidos… Esos hombres y mujeres de verdad.
No he visto mejor definición que
la de Rafael Chirbes: “¿Todo
teatro? ¿Todos actores, que en cualquier momento nos cansamos del papel que
representamos y tiramos el disfraz? Pero ¿Qué es eso?, ¿Qué quiere decir gente
de verdad? Y si eso no quiere decir nada, ni es nada ¿Qué sentido tiene la
vida? ¿Qué es de nosotros si no existe esa gente? Uno tiende a pensar que la
verdad de las personas aparece en los momentos decisivos, en el filo, cuando se
bordean los límites. El momento de los héroes y santos. Y, mira por dónde, en
esos momentos el comportamiento humano no suele resultar ni ejemplar ni
estimulante”.
Pues una noche en el Bar Rio, junto al Titi y
Carlos bebimos, disfrutamos de la amistad y nos desnudamos como personas que se
sumergen en un momento único…
Pero no sólo se llega a esta dimensión a través del alcohol y la fraternidad.
Se puede llegar acompañado de la naturaleza y
animales. Ahora me acuerdo cuando plante el rosal en compañía mi amigo el gato
Pipo.
Esas travesías por lugares que amamos, o esas paraísos donde estirar las piernas y respirar mientras contemplamos el paisaje… O esos encuentros con la mar y hechizarnos con ese ruido en que nos sumergen las olas.
¡Ay es liberación! Cuando terminamos el
trabajo y nos echamos el primer pitillo. O llegar a esas vacaciones que tanto
ansiamos. O ese momento en el que nos jubilamos y pasamos a mejor vida.
Es curioso como después de ver la entrevista de Évole con Macarena Olona, para mí una víbora, tuve una sensación de
liberación y que bien dormí esa noche, pues tuve que aguantar como supervisora
a una mujer de su perfil más de cinco años donde creía perder la vida.
-Prefiero los lunes al sol, a volver a
aguantar a alguien así.
Carlos me puntualizó:
-Tú pudiste liberarte, hay quien no puede.
-Los que se quedan acaban enfermando o
muertos en vida, dando continuidad a un trabajo, un matrimonio o una situación
insostenible.
Pero una vez que uno deja el trabajo, se divorcia o manda a tomar por culo a quien uno le ha dado la gana llega ese momento celestial, esa otra dimensión, esa paz, esa liberación.
Hay momentos de la vida en que uno da su tiempo y parte de su salud por cuidar de lo que más quiere… Y merece la pena cuando lo que te mueve es el amor…
En mi caso la vuelta al pueblo fue dura, pues soy un alma libre y he solido vivir a mi manera. Esas escapadas a Madrid y tomarme esos respiros es lo más placentero que haya llegado a experimentar.
Llegar y después de decir a mi madre “he
hecho el viaje bien”, apagar móvil y ordenador unos días y disfrutar de la
libertad y el anonimato, es algo que no tiene parangón.
La primera noche ni la bella durmiente ha tenido
un sueño tan placentero…
El despejarse, hacer terapia junto al papel y boli, que privilegio es el disfrutar de estos momentos.
O sumergirnos en los libros y las artes,
cuando empatizamos o nos metemos en la piel, alma y mente del artista. Cuando crees
que ya nadie te entiende ni comprende, otros ya habían tenido esos sentimientos
anteriormente.
Cuando Gibran nos lleva hacia esa paz
interior, cuando acompañamos a Solzhenitsyn a su Gulag en esos momentos en los
que estamos pillados de los huevos, cuando penetramos en la locura de Lars Von Trier, o nos queremos deshacer de esas personas tóxicas que tanto atormentan
nuestra existencia siguiendo los consejos de Marie-France Hirigoyen, o cuando
el mundo nos está deshumanizando y necesitamos humanizarnos a través de poetas
como Alejandra Pizarnik, Lorca o Machado… O cuando necesitas seguir luchando y
tomamos a Miguel Hernández o Galeano como referentes.
Hemos tenido tantos salvadores, tantos genios
incomprendidos a los que tan bien comprendemos y que nos comprenden.
Me he quedado en blanco, cierro los ojos,
relajado…
Respiro hondo, dejo el boli... ¿Me habrá
encontrado la ataraxia?
Mi amigo Ángel opina que en la muerte se llega a la ataraxia, pero es un sentimiento que te hace sentir muy vivo, un estado de ánimo que te hace sentir tan humano... Que te permite volver a respirar...
ResponderEliminarJD Salinger: "Leeré mis libros, tomaré café, escucharé música y cerraré la puerta".
ResponderEliminarWalt Whitman: "Dame aromas a la salida del sol, un jardín de hermosas flores donde pueda caminar sin ser molestado".
ResponderEliminarDalai Lama: "Cuando hablas, sólo repites lo que ya sabes, pero cuando escuchas quizás aprendas algo nuevo"...
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