Estoy en la barra del bar pidiendo una cerveza y escucho:
-Ya lo dijo en un audio…
Lo que dices, los audios que envías o te envían, lo que escribes… ¿Va a misa?
Se dicen, se hablan, se escriben tantas cosas… ¿Qué crees? ¿A quién crees?
-¿A los e-mails o audios de tu jefe?
-¿La palabra de un amigo?
-¿Aquello que has leído internet?
-¿O no crees nada?
Agotados de lo que escuchamos, leemos o vemos… Borramos casi
todo… ¿Con qué me quedo? ¿A qué respondo?
Credibilidad y confianza son tan frágiles, y la vida no es
un juego.
Borramos o quisiéramos borrar tantas y tantas cosas, pero siempre tendremos bonitos recuerdos, amigos que continúan siendo amigos y personas que nos merecen su credibilidad, confianza, cariño y respeto.
¿Quieres ser uno de ellos?
Los hechos nos definen, las palabras se las lleva el viento.