ÁNGELES

¿Cuántas veces se os ha aparecido un ángel en momentos donde necesitabais un milagro para superar algo, para salir adelante?

Todos hemos tenido esos ángeles que han iluminado nuestra vida, nuestro camino.

Le preguntaron a la psiquíatra Marián Rojas acerca del cuidador quemado, a lo que ella respondió que todos deberíamos tener nuestro cuidador

¿Tú lo tienes? ¿Quién es?

Cierro los ojos y pienso…

-En quien me han enseñado… ¡Gracias maestros!

-Quién siempre te ha dejado la puerta abierta de su casa…

-¿Quién te dado todo el cariño del mundo a pesar de que a veces uno no ha correspondido?...

-¿Quién te facilita un camino pues él lo ha pasado antes?

-¿Quién te dio la vida y te quito los pañales?

-¿Con quién has compartido idealismos, utopías, rebeldía, amistad…?

-Por aquellos artistas, héroes o sabios que han conseguido penetrar en tus profundidades, rarezas o corazón, te han sacado lágrimas o te han hecho más humano si cabe.

-Por aquellos que han potenciado tu curiosidad y hambre de conocimiento, y que han llegado a cambiar esa percepción equivocada que uno tenía de las cosas.

-Por aquellos que han cargado tu carga o te han ayudado a que tal carga sea más liviana.

-Por esos ángeles que desde el cielo siguen con nosotros.

Sin esos ángeles no conocería el cielo, y sólo junto a ellos lo podremos alcanzar.

EL MUNDO COMO OBSERVADOR

Observamos este mundo y ves a gente y lugares que te atraen.

También como observador te ríes y ridiculizas situaciones y personajes que nada tienen que ver contigo…

Ahora mismo estoy en una terraza acompañado de mi cerveza escribiendo, cuando arranca una Harley, la cual me deja sordo y con un tubo de escape que desprende una gran humareda sobre mi cara… ¡Joder!

Le miro al de la mesa de al lado, y no podía ser de otro modo, argentino tenía que ser…

-Narcicismo, puro narcisismo.

Es verdad que si no nos revientan los oídos y no nos tragamos ese humo tan negro, ni nos hubiéramos dado cuenta de los de la Harley.

Con 42º grados que marca el termómetro en la parada de autobús, 33º en el móvil de porteño. Y esa pareja tan anchotes, bien acoplados a sus trajes y casco… ¡Dios mío! ¡Qué calor tiene que hacer pegados a ese asfalto para esos ángeles del infierno! Pero como me suele decir mi madre: sarna con gusto no pica.

Me siento bien como observador, escribiendo en aquel viernes. Cuando un par de amigas. al lado de mi mesa, despotrican sobre su jefa mientras la camarera me quita la jarra, y le digo…

-Gracias.

-A ti.

Observo a aquella chica de pelo suelto, ya me había dado cuenta que mientras escribía me había estado observando a mí, pues es raro ver a un hombre observar y escribir… y no hay mejor psicóloga que una camarera.

De las de al lado una se quita los zapatos y estira las piernas sobre otra silla y lanza el dardo a esa mala jefa que tanto la acosa:

-Va de maltratada y le está poniendo los cuernos a su marido.

Se toma un trago, pues con ese cabreo, hace realidad aquello de que el alcohol es el lubricante del alma.

-Es que después de lo que me ha pasado con ella. Utiliza todas las artimañas que siempre los hombres utilizan contra las mujeres siendo mujer.

Había leído a Ana Peleteiro decir que en España no hay racismo, hay clasismo…

Podría decir haciendo un paralelismo con esta afirmación de que más que machismo, hay clasismo. El que manda manda y el que traga traga, el fuerte abusa del débil.

A esto que llega a otra mesa un latino al cual esperaban un grupo de amigos.

-Ya no vienes a jugar al villar.

-Ya no.

-Eso es que te ha agarrado la mujer, te tiene pillado por los huevos.

Y nuestro amigo contó de la dificultad de tantas y tantas mujeres para tener hijos, y todos los intentos de la pareja por tenerlos.

La familia, la mujer, los hijos, lo primero, es la prioridad.

Este observador escritor comprende a todo el mundo, y él es un incomprendido, yo lo comprendo.

Ni quiere Harleys, ni aguantar a nadie, es un alma libre que se ha bebido ya la segunda jarra.

La camarera se la lleva…

-¿Otra más?

Decidí cambiar de lugar, de gente… Caminar, observar y escribir otras historias haciendo placenteros aquellos momentos.

Mi superyó no había dejado de escribir sobre mí, y abrirme al mundo era una necesidad, para volver a encontrar mi lugar necesito el reflejo de los otros. Eso me hace saber lo que quiero y lo que no, a quien sí y a quién no.

Al final somos reflejo de quien nos contempla. Contemplando me quiero reflejar, y ese reflejo queda impregnado en mis letras. 

NO SON TIEMPOS PARA LA LÍRICA

Estoy en una terraza y oigo a unos chavales decir en referencia a Trump, comentario que puede ser extensible a muchos mandatarios: “El obje...